La historia del cultivo del café en Honduras data del siglo XVII. A partir de 1844 se adoptaron las primeras medidas para estimular el cultivo de café y para la cosecha 1888-1889 se habían exportando alrededor de 4 mil quintales de café a Europa y Estados Unidos.

A diferencia del resto de Centroamérica, Honduras es considerado un “late comer” en la producción y exportación de café. Debido a sus características agro-ecológicas el café se produce adecuadamente arriba de los 800 msnn en zonas montañosas y, en Honduras, las tierras adecuadas para el cultivo estaban en su mayoría en manos de pequeños productores campesinos. De esa manera, la producción cafetalera hondureña, a diferencia de su modalidad “farmer” en Costa Rica o de la gran hacienda terrateniente en Guatemala y El Salvador; se constituyó esencialmente como un cultivo campesino para la diversificación y vinculación con el mercado. Los precios internacionales para 1954 eran cuatro veces mayores a los de 1920 lo que fue un estímulo para que entre 1944 y 1953 se triplicara el área sembrada. De esa manera el café pasó a generar en los cincuenta alrededor de una cuarta parte de las divisas nacionales.

La producción cafetera se desarrolló en su mayoría con una baja inversión - sistemas de producción de bajo uso de insumos externos y ligados a la producción campesina de subsistencia - debido a la poca capacidad de acumulación del campesinado. Honduras ha sido desde su entrada al mercado del café en los 1940’s el país Centroamericano con la menor productividad (10-15 qq/ha) y con la mayor cantidad de micro y pequeños productores asentados en montañas en áreas de reserva (buffer zones). El café ha sido para el campesinado un cultivo orientado al intercambio que complementa los ingresos de sus familias mediante los ingresos directos de la venta del café y los ingresos laborales de la cosecha de café en parcelas de otros productores .